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Su sonrisa

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Es tu risa como una oración, Tu frente la cima, Tus manos el camino. Te quedas a ratitos, corazón Te vas otros más Y no terminas de irte. No es tu boca rebelde lo que amo, Es tu boca y ya, Pequeña y discreta boca Mojada de miel, Me pierde en la tortuosa gloria. Y es que me robas la razón En cada sensación Te dejas respirar. Sabes, mi dulce canción, No consigo olvidar tu mirada desnuda Ni tu risa como una oración. Déjame otra vez caminarte, Me he cansado de extrañarte, No soy la más paciente Perdóname por adorarte.

Nota al pie de mi cuaderno de Física (y microfísica del poder)

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Tengo calor y tal vez no se debe al clima. Me sofoca la clase de física. Estoy absorta en mis pensamientos mientras el profesor no para de hablar. Discretamente me subo la falda para refrescarme y me recojo el cabello con un lápiz. Hoy miramos más números que de costumbre. Gilberto los escribe y los explica en el pizarrón. Habla sobre área y densidad de flujo. Exige que saquemos los libros. Todos lo han comprado por miedo a ser expulsados de la clase. Gilberto es un tirano. Él es un genio que en lugar del flujo debería impartir un curso sobre el ejercicio del poder y el terror, o al menos eso pensamos nosotros. Pero yo sé que tiene un talón de Aquiles. Me mira y yo lo he descubierto en alguna de aquellas miradas. Sorprendido, embelesado, jovial, observa mi figura despreocupada y hostil por su clase. Sus ojos se clavan en mis piernas, las acaricia con la pupila. Me baña con su deseo y yo lo siento. Entonces el poder pasa a mis manos. Trágicamente.

Punto de quiebre

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20 de octubre 2013. Hoy terminó todo. Mi historia con Tadeo se cerró. Me siento muy triste, pues el punto final lo puse yo. El tiempo hizo su trabajo, como el viento erosionando la cima de una montaña, nuestra relación se desgastó al tiempo que mis cambios disruptivos nos alejaban más el uno del otro. Al final, abrimos una brecha infinita entre ambos. Y eso me duele, me duele enormemente. Lo amé. Con mi vida. Fue mi primer gran amor, mi primer novio. Tanto lo quise que en mi mente atribulada y fantasiosa él se parecía más a un ángel que había cambiado mi vida para bien. Me había provocado a sonreír, a amar con pasión y locura. Perderlo me desconcierta, me llena de ansiedad. Las manos me sudan, el corazón se me sale del pecho como buscando una droga que sabe, ahora ha perdido para siempre. Es por ello que escribo en el éxtasis de mi crisis ansiosa estas palabras, porque es lo único que me ayuda a reflexionar sobre lo que siento y percibo de mi misma en estos momentos. Me q

Fragmentos de cartas que nunca llegaron a sus manos (1E)

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(1E) Las palabras se hacen nada cuando con miradas tejemos lazos para hablar. Y nuestra lengua primitiva se vuelven los roces y las caricias. Cuando con un beso te susurro que te amo. Y a la par que tus pupilas se duermen en las mías en una charla eterna sobre ambos. ¿Una copa de vino? Y hablemos de libros y demás cosas fascinantes, de tu amor y desamor. De mis mentiras y tus mentiras. De nuestros anhelos que se apagaron. De lo infelices que nos hicimos. De lo que siempre huimos pero terminamos por hacer. Sólo una charla que dure el resto de la vida, para extrañarte la próxima también.

Todo lo que él sabe de mí

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Todo lo que él sabe de mí es un poema. Es un par de miradas celosas. Es una canción. Son dos botellas de vodka donde lo encerré. Todo lo que él sabe de mí es que soy una loca. Que siento mucho, Y que lo miro mucho. Todo lo que él sabe de mí es que la muerte Me sabe a chocolate amargo. Que no encuentro figuras en las nubes Y tengo un fetiche con el fusil De su abuelo. Todo lo que él sabe de mí es que sé callar Que sé leer su alma como nadie, Que sé saborear la miel de sus ojos como nadie. Todo lo que él sabe de mí es que soy ilegal. Que le quiero desde mi lugar, Desde mi silencio. Todo lo que él sabe de mí, es que soy un dulce pecado Que no debería ni voltear a mirar.                                                                     2015

Bellísima

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Eduardo Lizalde Y si uno de esos ángeles me estrechara de pronto sobre su corazón, yo sucumbiría ahogado por su existencia más poderosa Rilke,  de nuevo Óigame usted, bellísima, no soporto su amor. Míreme, observe de qué modo su amor daña y destruye. Si fuera usted un poco menos bella, si tuviera un defecto en algún sitio, un dedo mutilado y evidente, alguna cosa ríspida en la voz, una pequeña cicatriz junto a esos labios de fruta en movimiento, una peca en el alma, una mala pincelada imperceptible en la sonrisa… yo podría tolerarla. ***

Día 1 de guerra.

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Nuestro origen fue el amor. Nos amamos, ayer. Hoy nos batimos, Y nos queremos, amor. Y no haremos ya sino llorarnos. Te quiero y me quieres, Me odias y te odio. Y en la orilla de mis desvelos, Has caminado con tu paso silencioso, Cuidando de mi espalda, Hoy rompes los puños en el alféizar. Dictas sentencia, a los cuatro vientos Después de mi nombre una palabra Dura, seca, fría. Resbala en mi espalda un sudor vacío. Sangre, muerte, porquería, Es el costo del amor, Porque sólo se odia, Lo que un día se amó.